Morena, Pasión Andina

lunes, octubre 29

EN LA IGLESIA

Los sábados se acostumbran a realizar bodas en varias iglesias católicas de El Alto y La Paz.

La inquilina correteando por aquí y por allí, “este saco va mejor con mi vestido…” “estos zapatos no están bien, mejor estos otros…” “y mi cartera…”. Rápidamente, va ingresando a la cartera negra, celular, bolígrafo por si acaso, unas tarjetas, la invitación, un coqueto pañuelo, frasquito de perfume y demás menjunjes… al final, lo máaaaaaaas importante para la ocasión, la platita. ¿Cuánto llevo? “Tengo que darle a mi hermana un tanto para que compre el regalo…” ¿te parece bien que lleve esta cantidad?. Bueno, finalmente, sale veloz como si la boda ya se fuese a acabar. Llega, a la hora que dice la invitación, toma asiento y al lado coloca la cartera.

Se inicia la ceremonia casi puntualmente, ingresan los novios, los padrinos, se acomodan y comienza el bla bla bla del cura, mientras los invitados atenta y silenciosamente atienden al casorio, “no hay que perderse ni un detalle”, dicen.

De pronto…

a. ¿Porqué está urgando mi cartera?
b. ¡Ay, disculpe señorita…!, me he equivocado…

Este tipo de equivocaciones, se repiten y repiten, así que mejor ojo en las iglesias también. Casualidad o no, pero siempre hay quienes se equivocan con la propiedad ajena.

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Rosita Pochi

Waliki