“Más de la mitad de los seres humanos en la Tierra languidecen en el hambre y la pobreza mientras que, por otro lado, cada vez se gasta más en armas, guerras, lujos y cosas totalmente superfluas e innecesarias. Debemos rechazar la tentación de enterrar nuestras cabezas en la arena y pretender negar la realidad. Esas inequidades son bombas de tiempo que, por mucho que las ignoremos, no desaparecerán”, señalaba el Presidente de la Asamblea General de la ONU, Miguel D’Escoto al instalarse la 63° sesión a la cual asisten mandatarios de Estado y representantes de los 192 países miembros.
Bolivia, un país con vastas tierras y una inmensidad de recursos naturales, atraviesa hoy una etapa complicada. Por 182 años de vida republicana, los sectores mayoritarios de la población prácticamente fueron sistemáticamente mantenidos y conducidos hacia niveles de pobreza, mientras un sector minoritario se fue adueñando de las tierras y de las riquezas. Hoy, los sectores sociales demandan aquellos derechos que les fue negado durante años. Por otra parte, los sectores siempre privilegiados pretenden ignorar la realidad que vive la gente de escasos recursos en los diferentes departamentos de Bolivia.
La anterior semana se inició un diálogo entre Gobierno y prefecturas. Sin embargo, esto no prospera en la medida que necesita la población. Los movimientos sociales se movilizan y avanzan cada vez más en el cerco a Santa Cruz, Bolivia. Pero ello, parece no importar a las autoridades cruceñas.
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