La Isla Pariti, conocida por el enigmático poder que emana de ella, se encuentra ubicada en el sector del lago menor del Lago Titicaca, denominado Wiñay Marka (Ciudad Eterna). Hace unos años atrás en esta Isla se encontró una gran riqueza arqueológica traducida en una finísima cerámica con figuras de animales selváticos como tigres, monos, etc., algo que hace pensar que Pariti era un centro ceremonial al que acudían desde otros pueblos lejanos. El señor de los patos es una de las piezas más notables de la interesantísima exposición de piezas arqueológicas que se encuentran en exhibición en su Museo.
Ingresar a Pariti por la población de Quewaya en bote, ofrece una extraña sensación. Se ingresa navegando por caminos en medio de la totora. En un documento había leído más antes que los urus uchusumas, guerreros de agua, se enfrentaron a la invasión española y eran perfectos conocedores de los caminos en el agua y preparaban celadas para atacar a los españoles. Cuando se va ingresando por el agua, uno se da cuenta como ha debido ser antes, cuando había más totora y seguro que era difícil darse cuenta que de pronto pudieran salir los aguerridos urus de en medio de la totora para atacar.
Al anochecer y al amanecer, lo único que se escucha es el sonido de los animales, el murmullo de las tranquilas aguas, el sonido del viento, el aleteo de los patos. A tempranas horas de la mañana, se ve a los botes retornando con la provisión de pescado y huevos de pato que se han podido recoger. Por los tejados de paja, se ve saliendo humo, señal que las abuelitas han encendido el fuego diario.
Hace algún tiempo atrás se inició una campaña para votar la nominación del Lago Titicaca, como una de las siete maravillas del mundo. Si desea participar puede ingresar al enlace señalado. En este momento se encuentra en primer lugar esta nominación, pero sea cual fuere el resultado final, el Lago Titicaca, seguirá atrayendo a gente de todos los confines del mundo, cada vez más a medida que pasen los días.
Ingresar a Pariti por la población de Quewaya en bote, ofrece una extraña sensación. Se ingresa navegando por caminos en medio de la totora. En un documento había leído más antes que los urus uchusumas, guerreros de agua, se enfrentaron a la invasión española y eran perfectos conocedores de los caminos en el agua y preparaban celadas para atacar a los españoles. Cuando se va ingresando por el agua, uno se da cuenta como ha debido ser antes, cuando había más totora y seguro que era difícil darse cuenta que de pronto pudieran salir los aguerridos urus de en medio de la totora para atacar.
Al anochecer y al amanecer, lo único que se escucha es el sonido de los animales, el murmullo de las tranquilas aguas, el sonido del viento, el aleteo de los patos. A tempranas horas de la mañana, se ve a los botes retornando con la provisión de pescado y huevos de pato que se han podido recoger. Por los tejados de paja, se ve saliendo humo, señal que las abuelitas han encendido el fuego diario.
Hace algún tiempo atrás se inició una campaña para votar la nominación del Lago Titicaca, como una de las siete maravillas del mundo. Si desea participar puede ingresar al enlace señalado. En este momento se encuentra en primer lugar esta nominación, pero sea cual fuere el resultado final, el Lago Titicaca, seguirá atrayendo a gente de todos los confines del mundo, cada vez más a medida que pasen los días.
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