Morena, Pasión Andina

martes, julio 30

MANIFIESTO DE TIWANAKU 30 JULIO, 1973

Un día como hoy hace 40 años atrás se vivía un momento de gran importancia histórica para los pueblos indígenas. Aunque se vivía una etapa dictatorial, ello no impidió que se manifestaran las voces indígenas. Son varias las generaciones y muchos los momentos a través de los cuales se ha venido expresando la lucha indígena y con seguridad la misma no ha terminado. Hoy, a momento de recodar esa fecha se extracta algunos fragmentos del artículo sobre el Manifiesto de Tiwanaku de 1973 del historiador aymara Roberto Choque Canqui publicado en diciembre de 2010 en la Revista Fuentes de la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional. El Centro de Coordinación y Promoción Campesina Mink´a hacia 1971 fue uno de los espacios que sirvió para generar ideas sobre la figura de Túpak Katari y Bartolina Sisa y plantear las propuestasreivindicativas de los valores ancestrales de los pueblos originarios (aymara-qhichwa y waraní). Tanto Mink´a como el Centro Cultural Tiwanaku fueron actores del movimiento indígena para el cambio de actitud imperante en la época. El 30 de julio de 1973, Mink´a, Centro Campesino Túpaj Katari, Asociación de Estudiantes Campesinos de Bolivia y Asociación Nacional de Profesores Campesinos firmaron el Manifiesto de Tiwanaku, como primer acto público, histórico, rechazando abiertamente la imposición de una educación rural ajena a los valores ancestrales y de esa manera, emprender la descolonización cultural, política y económica. En dicho documento se abordaba el tema de la cultura. “El proceso verdadero se hace sobre una cultura” porque es el valor más profundo de un pueblo”. Las culturas aymara-qhichwa y las del oriente son valores que han sido discriminados por el colonialismo del Estado-nación. La frustración nacional boliviana como Estado-nación ha tenido su origen porque las culturas ancestrales en Bolivia han sufrido un intento sistemático de destrucción. Los campesinos querían el desarrollo, pero partiendo de sus propios valores. Decían “no queremos perder nuestras nobles virtudes ancestrales en aras de un pseudo-desarrollo”. Es verdad, los políticos eran capaces de hablar sin descansar sobre el desarrollo económico subestimando al propio campesino como productor. En cuanto al ámbito político se señalaba que: En la práctica, el campesinado de Bolivia no pertenecía realmente a ningún partido político porque ninguno representaba sus verdaderos intereses ni estaba expresado en sus valores culturales ancestrales, pero estaba utilizado como una masa votante en las elecciones a favor de los partidos de la oligarquía. El MNR había utilizado al sindicato campesino para sus intereses partidarios, incluso dando algunos espacios administrativos. Durante la colonia, se emplearon diversos mecanismos para invisibilizar las características culturales, sociales, económica, tecnológicos, de conocimientos de las naciones originarias. Sin embargo, los líderes indígenas comenzaron una lucha permanente que se ha reflejado en rebeliones en diferentes puntos de lo que luego se constituirían en repúblicas. Los ideales de lucha de las huestes lideradas por Tupak Katari y Bartolina Sisa hoy permanecen y constituyen parte del proceso de descolonización. Katari nunca negoció la lucha. Su desaparición forzosa no significó un alto en el thaki (camino), más bien tuvo el sentido que la lucha continúa.

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Rosita Pochi

Waliki