Faltan 15 minutos para las diez, así lo señala el reloj ubicado al llegar a la Ceja de El Alto. Es domingo y hay un incesante trajinar, sobretodo porque en domingo se desarrolla la feria de la 16 de Julio. Me detengo cerca al reloj, desde ahí puedo ver a la gente que sube y baja de los minibuses, a la gente que cruza empujando a ratos a sus semejantes, gente que corre, veo caras alegres, caras tristes, veo rostros jóvenes y no tan jóvenes. Una hermana potosina cruza con sus dos niños. Al verla, me pongo a pensar que cada año muchas de ellas llegan a La Paz con sus niños especialmente en diciembre. Su objetivo por lo general es que sus niños puedan recibir algunos obsequios de los transeúntes o de las campañas navideñas y luego volver a sus comunidades.
Vuelvo a ver el reloj, y ha transcurrido algo más de media hora, momento de emprender camino sobre cuatro ruedas.
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