Morena, Pasión Andina

martes, octubre 23

VOCEADOR@

“¡Perez Velazco, Prado, universidad, 6 de agosto!”, “Pase, pase, ya salimos…” “Perez Velasco, 1 boliviano, 1 boliviano, ya salimos¡….”. Así, voces infantiles, voces juveniles, son las que nos guían hasta llevarnos al asiento del minibús que nos conducirá hasta nuestros destinos. Sólo varones solían trabajar como voceadores, pero el número de mujeres voceadoras se ha ido incrementando paulatinamente. ¿Y a qué se debe esto? Bueno, la mejor solución es preguntarle a una voceadora. A decir de doña Bertha, “Yo ayudo a mi esposo algunos días, otros días trabaja con el ayudante”.

La presencia de voceadoras parece tener dos razones, una, las esposas trabajan con el esposo con el fin de ahorrar, se ahorra algo al prescindir de un voceador. Otra razón es, que a veces no encuentran a un voceador, lo cual obliga a trabajar al conductor solo. A parte de las voceadoras adultas, también se encuentra, a las jóvenes, quienes, en algunos casos, son hijas, sobrinas o familiares del conductor o también son muchachas que trabajan por un ingreso diario. Según su mail, Alberto, “estas señoras, a veces obstaculizan el paso de los pasajeros….”, hasta cierto punto tiene razón porque el espacio que existe entre el primer y segundo asiento del minibús con la puerta es muy limitado, aproximadamente, 20 centímetros, ahí cabe sin mucho problema un niño o joven que generalmente va parado todo el trayecto, pero si se trata de una señora adulta esto se complica, pues tendrá que invadir el espacio de los pasajeros y apretujarlos.
El ingreso del sector femenino dentro de actividades laborales tradicionalmente masculinas: albañil, carpintero, taxista, mecánico, etc. es algo que se está viendo en varios casos. Si hay muchas o adultas que cuentan con la voluntad y la habilidad para hacerlo, me parece que es algo positivo.

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Rosita Pochi

Waliki