Un 10 de mayo de 1945 en el lugar denominado Luna Park en La Paz, se inauguraba el I Congreso Indigenal Boliviano. Este histórico acontecimiento a cargo de un Comité de Organización al mando de Luis Ramos Quevedo había iniciado los preparativos para este gran encuentro. Según Ramos, debían acudir a estos encuentros representantes de todos los departamentos de Bolivia con el fin de abordar entre otros temas, el de la supresión de los servicios gratuitos, que en esa época obligaba a la población indígena a prestar servicios a los patrones de las haciendas sin recibir retribución alguna.
Eran tiempos de permanentes rebeliones por cuanto la Ley de Exvinculación promulgada por el gobierno de Mariano Melgarejo en 1874 había generado toda una serie de conflictos en las comunidades pues atentaba contra la estructura de la comunidad que había sido propietaria en comunidad de las tierras, pero que luego de esa ley se alentaba su fragmentación, provocando serias distorsiones en la organización social habitual a las poblaciones indígenas. Entonces, el tener un Congreso Indigenal generaba un gran interés en las poblaciones. Sin duda, un tema que subyacía era el de la reversión de tierras originarias como efecto de la Ley de Exvinculación.
Muchas poblaciones se habían estado preparando con antelación para asistir a este encuentro. Así, reunidos en cabildo, los pobladores de Umala o Umajala en enero de 1945 habían decidido que los jilaqatas (autoridades locales) asistirían al Congreso Indigenal cumpliendo su forma tradicional de ejercer los cargos, es decir chacha-warmi, pareja de esposos.
El I Congreso Indigenal Bolivia, concluiría el 15 de mayo de 1945, con resoluciones que habrían de ser de impacto no solamente para la población indígena sino también para la población que se beneficiaba del trabajo de los indígenas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario